Especialista en cirugía general, laparoscópica y robótica

● Dolor abdominal: El dolor es uno de los síntomas principales de la colecistitis. Se presenta frecuentemente al consumir alimentos con grasa animal o vegetal. Por lo general, se localiza en la parte superior derecha o en el centro del abdomen, justo debajo de las costillas. Puede ser constante o intermitente y a menudo se describe como un dolor agudo o punzante.

● Sensibilidad abdominal: La zona del abdomen donde se encuentra la vesícula biliar (superior derecha) puede volverse sensible al tacto o a la presión.

● Dolor referido: El dolor de la colecistitis también puede extenderse hacia la espalda o el hombro derecho.

● Náuseas y vómitos.

● Distensión abdominal: Algunas personas pueden experimentar hinchazón o sensación de plenitud en el abdomen.

● Fiebre: En casos de inflamación severa.

● Cambios en la coloración de la piel y los ojos: En casos más graves, la piel y los ojos pueden volverse amarillentos, lo cual indica una posible complicación llamada ictericia.

Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar en cada individuo, y no todas las personas presentarán todo lo mencionado. Además, existen otras afecciones que pueden causar malestares similares, por lo que es fundamental obtener un diagnóstico adecuado.

● Perforación de la vesícula biliar.
● Formación de un absceso abdominal y el correspondiente acúmulo de pus.
● Obstrucción de las vías biliares.
● Daño hepático.
● Pancreatitis aguda.
● Sepsis.

Se trata de una masa palpable y generalmente dolorosa a nivel de la ingle, debido a la debilidad o ruptura de los tejidos que conforman la pared abdominal.

Los síntomas más comunes son:
● Aparición de una protuberancia o masa palpable a nivel de la ingle, la cual puede ser blanda o tensa y dolorosa, que aumenta al hacer esfuerzo y disminuye al estar en reposo o acostado.
● Aumento de la sensibilidad o dolor al toser, estornudar o al realizar cualquier esfuerzo que aumente la presión en el abdomen

● Estrangulación: Ocurre cuando el tejido herniado se queda atrapado y no puede volver a su posición normal. La falta de flujo sanguíneo adecuado en el tejido atrapado puede causar necrosis (muerte del tejido) y una emergencia médica. La estrangulación de la hernia inguinal requiere una intervención quirúrgica de emergencia, ya que pone en riesgo la vida.

● Obstrucción intestinal: Si una porción del intestino queda atrapada en la hernia puede haber problemas en el paso normal de los alimentos y los líquidos a través del tracto digestivo. Esto puede causar náuseas, vómitos, distensión abdominal y dolor abdominal intenso. La obstrucción intestinal es una situación de emergencia que requiere atención médica inmediata.

● Hernia incarcerada: Ocurre cuando el contenido herniado se queda atrapado pero aún mantiene un flujo sanguíneo adecuado. Aunque no es tan grave como la estrangulación, una hernia incarcerada puede causar dolor persistente y requerir tratamiento quirúrgico.

Es una condición en la cual una parte del estómago se desliza hacia el tórax. El hiato esofágico es una abertura en el diafragma que permite el paso del esófago hacia el estómago. En una hernia hiatal, esta abertura se amplía y permite que una porción del estómago se desplace hacia arriba.

Normalmente, el diafragma y el esfínter esofágico inferior ayudan a mantener el contenido estomacal en el estómago y evitan que el ácido y otros contenidos gástricos regresen hacia el esófago. Sin embargo, en una hernia hiatal, esta barrera puede debilitarse o funcionar de manera inadecuada, lo que permite que el ácido del estómago y otros contenidos gastroesofágicos regresen hacia el esófago.

Los síntomas del reflujo gastroesofágico son:
● Acidez estomacal.
● Regurgitación ácida.
● Dolor en el pecho.
● Dificultad para pasar alimentos.
● Tos crónica.
● Pueden ser más frecuentes y graves en las personas con hernia hiatal, ya que aumenta el riesgo y la gravedad de los síntomas del reflujo.

Se trata de una protrusión a través de una debilidad o ruptura en los músculos de la pared abdominal en la región umbilical o en cualquier parte de la pared abdominal, que puede incluir áreas como la ingle, la línea media del abdomen, o las zonas donde se han realizado incisiones quirúrgicas previas.

El síntoma más común es la aparición de una masa palpable, que protruye al esfuerzo y reduce en reposo, al principio no dolorosa, a menos que presente una complicación, como un estrangulamiento.